AUTOBIOGRAFÍA

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Quito, Pichincha, Ecuador
Asesor Comunicación Política. Comunicador Social y periodista. Consultor independiente en Relaciones Públicas, Marketing y Comunicación Política. Analista y asesor político en entidades gubernamentales. Docente e investigador universitario. Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central del Ecuador. Máster en Ciencia Política por FLACSO Ecuador. Doctor (c) Universidad de Salamanca, área de Ciencia Política y de la Administración. Líneas de investigación: Política y medios de comunicación. Análisis de redes sociales, comunicación política, Políticas Públicas de Comunicación. Cultura política. Identidades y discurso.

20 noviembre 2006

Cuatro años de un desastre que cambió la vida de los riobambeños






RESEÑA. Hace cuatro años, el pánico se desató a raíz de la explosión del Polvorín de la Brigada Blindada Galápagos; esta desgracia no será olvidada por los habitantes de la Sultana por el resto de sus vidas.

El miércoles 20 de noviembre del 2002, aproximadamente a las l6:45, se produjo una detonación en uno de los hangares de la Brigada Galápagos, y a ella siguieron unas 80 explosiones, ocasionando la muerte de diez personas, 574 heridos, 200 barrios afectados y 18 mil viviendas destruidas en toda la ciudad.

La primera detonación estremeció toda la zona urbana y destruyó los ventanales de alrededor de 12 mil viviendas; y aquellos inmuebles más cercanos de la Brigada, especialmente las casas ubicadas en el bario Los Pinos, las viviendas de los militares, de los sectores de La Cerámica, El Galpón, Hotel Chimborazo, entre otros, resultaron con serias fisuras.

En el momento de la explosión no estaban presentes el Comandante de la Brigada, coronel Roberto Drouet, el personal civil y militar responsable de dirigir y controlar los trabajos de mantenimiento y repotenciación de las granadas de 155 mm.

La Brigada de Caballería Blindada No. 11 “Galápagos” fue establecida el 27 de marzo de 1974; en sus cobertizos y bodegas subterráneas se guardaban los tanques AML y AMX, municiones de todo calibre, un amplio arsenal de explosivos, granadas, entre ellas las de 155 mm., TNT granulado, bentonita C4 y dinamita de alto poder expansivo.

Las hipótesis sobre las causas de la explosión, determinadas por las autoridades militares, en cuanto a que se trató de un accidente, fueron desvirtuadas por un informe técnico de la propia fábrica de municiones “Santa Bárbara”, que pertenece a las Fuerzas Armadas, y por la Escuela Politécnica Nacional.


Mónica Menéndez, de un organismo humanitario, confirmó que en alrededor de tres horas lograron atender a unas 150 personas heridas de diversa consideración, por la caída y rotura de vidrios. Dijo desconocer el número total de víctimas, porque el acceso al lugar era complicado y se desconocía la situación de quienes estaban en el lugar mismo de la explosión.
De igual manera, Rosendo Coba, voluntario de la Defensa Civil, relató que vio en el lugar un inmenso hongo que salió desde la unidad militar.

Luego de la explosión no hubo ningún servicio de comunicación. Lo que provocó la falta de información con la Capital, para dar a conocer la situación que se vivía en ese momento en Riobamba; mientras tanto, el ministro de Gobierno de ese entonces, Rodolfo Barniol, indicaba que la causa más probable de la explosión fue por contaminación de una granada.

Desde Quito, el Gobierno ordenó la movilización de un gran contingente de equipo y personal médico, para ayudar en las labores de rescate y auxilio; la Policía de Riobamba advirtió sobre la posibilidad que se produzcan nuevos estallidos, por lo que recomendó evacuar la zona.

Al cabo de tres días, el alcalde de ese entonces, Fernando Guerrero, apareció en el balcón del Palacio Municipal, desde donde hizo un llamado a la ciudadanía para no dejarse vencer por la desgracia que significó la explosión del polvorín… Sus palabras lograron aplacar, en parte, la furia de la gente que exigía apoyo del Gobierno.

Foto: Chalo Parra